Desde nuestra perspectiva de adultos, aprender un idioma no es una tarea fácil. Un sinfín de vocabulario, reglas gramaticales, acentos imposibles y la barrera de nuestra propia vergüenza, en ocasiones el mayor obstáculo, dificultan un proceso al que es preciso dedicar mucho tiempo y esfuerzo para tener éxito. Por ello quizás pensamos que los niños pequeños no están preparados para ese reto. ¡Error! Desde edades muy tempranas, nuestro cerebro absorbe y asimila cosas de forma innata, entre...