El uso de anglicismos en el idioma español

El uso de anglicismos en el idioma español

La influencia del inglés en otros idiomas del mundo es evidente, y en el caso del español no iba a ser menos. Una de las manifestaciones más claras de esta influencia es la presencia de numerosos anglicismos en el idioma español, que han sido ampliamente aceptados, y en algunos casos incluso desplazan palabras españolas con el mismo significado.

 

 

¿Qué es un anglicismo?

Según la Real Academia Española, un anglicismo es:

  • Modo de hablar propio de la lengua inglesa
  • Vocablo de la lengua inglesa empleado en otra
  • Empleo de vocablos ingleses en distintos idiomas

Por tanto, un anglicismo es una consecuencia de la influencia del inglés en otros idiomas, que tiene lugar cuando una expresión o palabra inglesa se acepta dentro del vocabulario cotidiano de cualquier otro idioma. Son palabras comprendidas por cualquier persona, incluso aquellos que nunca han estudiado inglés, dado su frecuente uso. Ejemplos de anglicismos ampliamente aceptados en español son: email, chat, aerobic, coach, marketing, boom, casting, o blog.

Tipos de anglicismos aceptados por la RAE

La RAE distingue entre diferentes tipos de anglicismos:

  • Superfluos o innecesarios: se trata de vocablos en inglés aceptados en español, para los que el idioma español tiene un equivalente válido (por ejemplo jeans en lugar de vaqueros, o muffin en lugar de magdalena).
  • Necesarios: es el caso de términos en inglés para los que no existe un equivalente exacto en español, o en el caso de que exista, el término en inglés está más extendido que la alternativa española. A estos anglicismos se les puede dar tres tratamientos diferentes:
  • Mantener la grafía y pronunciación de origen: en algunos casos, se opta por adoptar la palabra sin hacer modificaciones al escribirla ni pronunciarla (por ejemplo, camping, software o jazz). En estos casos, la palabra se escribe con comillas o en cursiva, para señalar que se trata de una palabra no española, y por tanto no se pronuncia tal cual se escribe.
  • Adaptar la pronunciación: se da en caso de anglicismos que continúan escribiéndose igual en inglés que en español, pero que aquí pronunciamos a nuestra manera. Es el caso de palabras como airbag o máster. Estas palabras ya no van con comillas o cursiva, al haber adaptado la pronunciación a la norma española.
  • Adaptar la grafía: son anglicismos para los cuales se ha modificado el modo de escribirlos, para adaptarlo al sistema gráfico del español. Por ejemplo, la palabra fútbol (proviene del inglés football), o beicon (proviene de bacon).

La recomendación de la RAE es evitar en la medida de lo posible el uso de los anglicismos innecesarios, ya que al existir una palabra en español con el mismo significado, no tiene sentido utilizar la acepción en inglés. De hecho, recientemente la RAE lanzó una campaña contra los anglicismos innecesarios empleados en publicidad, que se hizo viral en redes sociales:

Diferente es el caso de los anglicismos necesarios, que se dan sobre todo en campos de conocimiento en creciente expansión, como la ciencia o la informática. En esos casos, los conceptos nacen en el idioma inglés, y tardan un tiempo en obtener una alternativa en español, o incluso se quedan con el anglicismo de manera permanente.

Historia de los anglicismos en España

El idioma español viene recibiendo influencias de varios idiomas desde hace siglos: de los visigodos, del latín, árabe, francés... Todos estos idiomas han aportado al español palabras, que se han ido adaptando al sistema gráfico y fonético español, y hoy en día forman parte de nuestro vocabulario habitual. Ejemplos de ello son: delicatessen, grosso modo, almohada, ambigú.

La influencia del inglés es algo más reciente que los demás idiomas, pero su impacto en el español y otros idiomas del mundo ha sido muy importante, aportando un gran volumen de palabras que hoy día son reconocidas por la mayoría de los idiomas del planeta.

El comienzo de la influencia del idioma inglés en el resto del mundo tuvo lugar gracias a la colonización del nuevo mundo (s.XV-XVI), continuó expandiéndose en el s. XIX en la etapa del colonialismo británico, y alcanzó su punto más álgido en el s.XX a partir de la 2ª Guerra Mundial, con la dominancia de Estados Unidos en el panorama internacional.

El inglés consiguió una difusión rápida y generalizada gracias a que los angloparlantes fueron pioneros en campos como el científico, técnico, o informático, y a la popularización de sus medios de comunicación y películas, que se distribuían a varios países de habla no inglesa.

En el caso de España, la adopción de los anglicismos tuvo lugar en 3 etapas:

  • Etapa prefranquista: los entendidos de áreas como la ciencia o el fútbol preferían utilizar los términos en el idioma originario, el inglés.
  • Etapa franquista: se produce un proceso de nacionalismo que intentaba sustituir los anglicismos por palabras nacionales (por ejemplo, saque de esquina en lugar de corner).
  • Actualidad: se mantiene el sistema que hemos indicado en el apartado anterior, donde conviven anglicismos no modificados, y otros con modificación en la pronunciación o grafía.

¿Son buenos o malos los anglicismos?

En nuestra opinión, el uso de anglicismos en español no tiene por qué ser un aspecto negativo: es una prueba más de que el inglés es una parte imprescindible de nuestras vidas, y una consecuencia de la globalización mundial de la que formamos parte.

Al igual que la RAE, creemos que el uso de los anglicismos es conveniente cuando no existe otra palabra en español para expresar el mismo concepto, o cuando el término en español es menos reconocido. Sin embargo, el uso abusivo de palabras inglesas en nuestro día a día conlleva el riesgo de hacernos sonar pedantes ante nuestros interlocutores, como ocurre en este vídeo:

¿Y tú qué piensas de los anglicismos? ¿Los utilizas en tu día a día, o piensas que suena raro? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!

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